domingo, 4 de septiembre de 2011

Llueve..


Me encantaría ser invisible.
Está bastante nublado, las estrellas no se ven y eso es un alivio...aunque lo pienso y... ¿de qué se esconden?.
Tengo tantas ganas de que llueva de una maldita vez.... me reconforta tanto... hecho de menos cerrar los ojos y dejar mi mente en blanco con el objetivo de no volver, nunca lo consigo.
Ha sido una tarde muy dura, me han dado una noticia que me marcará y... mi cuerpo ha sucumbido de nuevo...necesito que esté conmigo, no contra mi.
Nose por qué aun tengo fuerzas para sonreir, parece que no pertenezco a este mundo, quizás sea eso...porque todo el mundo merece una segunda oportunidad.
Le doy al play. Subo el volumen al máximo. Me tumbo. Cierro los ojos. Maduro un poco más.
Son tantos pensamientos, tantas cosas, tantas preguntas, tantas respuestas, tantas soluciones, tantos problemas, tantos, tantas... cada vez que suena la canción 18 ya tengo una manera de ver la vida diferente.
Siempre llego a una conclusión distinta, mejorando la anterior un poco más, aun así, me equivoco en cada una de ellas, cada vez más.
Pienso...fase: en la que empiezo a superar mis miedos, he dejado de pensar por defensa propia, estoy sincerandome y lo más importante... antes, tenía atado a mi cabeza mi pasado crudo, y sólo hacía llevar lo malo tambien en el presente, ya simplemente he decidido que debo dejar de arrastrarlo y dejarlo en su sitio, el pasado. Puede que eso tenga sus consecuencias, pero soy fuerte, nada más que decir, y nada más que mencionar.
Abro la ventana, hace mucho frío, mucha humedad... pero mi ansia por despejarme y estar sola conmigo misma me empujan a salir a las dos de la mañana a asfixiarme.
Salgo. Bua, que tos tengo. Da igual. Está todo mojado y húmedo, se escuchan ruidos por todos los sitios, es incluso escalofriante, pero este miedo me reconforta... 
Camino. Cierro los ojos otra vez. Esta vez pienso en todo lo que he vivido, bueno y malo. Me pongo triste. Paro y suelto unas lágrimas, está chispeando y no se notan. Me siento en el escalón. Pienso en que como mi madre se de cuenta me va a matar. Da igual. Miro hacia arriba. Me entran las gotas en los ojos, me molesta. Agacho la mirada. Recuerdo que tengo que mirar al frente siempre y decido volver a levantar la vista, porque aunque suene filosófico... aveces cuando tienes la cabeza alta, hay cosas que te incitan a agacharla, porque es lo más fácil y obvio, pero... aguanta y merecerá la pena.
Porque esa sensación de cuando te caen esas pequeñas lágrimas y resbalan por todo es simplemente increible, algo tan sutil...
Miro el reloj. No me lo puedo creer. Son las 4 ya... Y no tengo sueño. Quiero seguir aqui, me siento bien despues de mucho tiempo. En fin, me voy. Empiezo a andar. Está apretando. Dios que chaparrón. Empapada. Tengo agua hasta en el alma, hasta en los pulmones, hasta en los ojos. Me quedaré un rato en mi terraza. Son las 4 y media. Voy a volver, he aguantado mucho el dolor y estoy que no puedo más. Esto está empeorando. Mañana a volver, no quiero. Para Mara. Entro. Voy directa a la cama. Me seco. Me cambio de pijama. Me tapo. Quiero ser invisible. Es un consuelo que la lluvia siga sonando, me hace sentir especial. Cierro los ojos de nuevo, mi cuerpo, ha vuelto a sucumbir. 15 minutos más tarde, despierto. Que cansancio de que pase esto... Prefiero dormir.
...Suena la lluvia.

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