viernes, 23 de diciembre de 2011

Declaraciones nocturnas.

Sigo siendo aquel espíritu sin nombre que vaga por tu cuerpo, deletrando cada poro de tu piel para terminar en un beso cruel...
Ni siquiera quiero yo imaginar, el remorcimiento que tus labios deben tener, pues cada amor que des, aun estará enquistado en los meses que, arrepentido, poseías tu la hiel. Y si puedes, mírame, prometo que jamás temblaré otra vez, ni mi aliento se apresurará a la vez que mi lengua triste, cansada, enmudecerá.
¿A mí me buscas?
yo... soy la llama que fugaz desaparece cuando la leña arde demasiado,
el frío que encoje tu alma ya congelada por el paso del tiempo,
un susurro avergonzado, lento, que puede enmudecer a cualquier lamento,
un lienzo en blanco que quiere ser escrito, no pintado,
aquel dulce que no entendías porque te sabía tan amargo,
un corazón tan entero como destrozado...
¿De verdad quieres eso?
tómalo, tuyo es, pues es mi ayer, hoy no soy nada de lo que parece que es.

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